La inclusión de la sexualidad con perspectiva integral en las políticas educativas destinada a les jóvenes en nuestro país es parte de un proceso de disputas buscando ampliar los horizontes de aquello que se denomina «ciudadanía sexual» o «una educación sexuada justa» (Weeks, 1998; Maffia, 2001; Morgade, 2011; Baez, 2015; Lavigne, 2011). Un hito en este terreno es la sanción de la Ley Nacional 26150/06 de Educación Sexual Integral, que entre una serie de leyes, en la última década, tendieron a ampliar “derechos sexuales”. Estas nuevas regulaciones inciden en la construcción de la subjetividad de les jóvenes de hoy. Pensadas como aquellas marcas (Lopes Louro, 1999) que inscriben los cuerpos en la cultura: las posibilidades de la sexualidad que se establecen y cómo se codifican socialmente, ¿cómo constituye la sexualidad y sus múltiples expresiones al campo educativo?

En este escenario y en la lógica de la disputa por una «educación sexuada justa», se presentan otres actores: les jóvenes. La toma de colegios exigiendo la efectiva implementación de la ESI y la creación de comisiones de género, son algunas de las acciones que interpelan las prácticas escolares, pero ¿logran entramar sentidos que problematizan/tensionan las prácticas pedagógicas hegemónicas respecto a la matriz normalizadora-patriarcal de la escuela media? ¿les estudiantes que participan de las comisiones de género adquieren una marca significativa en torno a la ESI?

Esta ponencia se inscribe dentro de las preocupaciones del campo político- pedagógico de la ESI y su implementación. Considerando un aporte significativo las voces de les jóvenes y los sentidos que construyen sobre género, sexualidades y educación sexual. Analizando las demandas estudiantiles y las formas que adquiere la participación de la(s) juventud(es) como actores que potencian la ampliación de la ciudadanía sexual y la justicia (de género).