En esta exposición reflexionamos acerca del (truncado) proceso de reforma del plan de estudios de la carrera de Filosofía de la FFyL, con énfasis en el último intento de reformarlo (que tuvo lugar entre 2013 y 2014). Utilizaremos dos ejes de análisis. El  primero se relaciona con las consecuencias políticas (de variable grado de institucionalidad) que este último intento de reforma trajo consigo. En esta línea, recorremos las instancias abiertas por el así llamado Proyecto Numancia (espacio independiente interclaustro que gestionó distintos mecanismos en vistas a la reforma), el proyecto presentado por la minoría estudiantil de la Junta del Departamento de Filosofía y la respuesta a estos procesos generada por los representantes de los claustros mayoritarios de dicha Junta, a saber: la conformación de una “Comisión Técnica Asesora sobre marcos y normativas acerca del Plan de Estudios” cuyas actividades se extinguieron hacia finales de 2014, y catalizaron el final del impulso que la cuestión había tomado.

Este primer eje de análisis (que bascula sobre los senderos y estrategias político- institucionales) nos permitirá pasar a la segunda línea bajo examen: el impacto de un proceso de reforma del plan de estudios sobre la enseñanza, la práctica profesional y el ethos filosófico generado a partir de la carrera en su estado actual. De acuerdo a esta segunda línea, indagaremos en las afectaciones y memorias que se desenvuelven en el espacio abierto por un proceso de reforma a partir de la heterogeneidad de las expectativas de las personas que transitan la carrera y los posicionamientos político- académicos que ello supone. Por último, argumentaremos que habida cuenta de su elevada capacidad de movilización y erosión de las representaciones políticas, la reforma del plan de estudios implica un riesgo que sólo podría florecer a partir de un frente interclaustro vinculado inorgánicamente a las representaciones políticas coyunturales.