Última modificación: 2017-09-11
Resumen
La Facultad de Filosofía y Letras fue y es un espacio de formación intelectual.
Al amparo del mandato que le confería la preservación, difusión y desarrollo de una cultura científica y literaria, la facultad se concentró en los estudios humanísticos habiéndose constituido en la institución más antigua del país en consagrarse sistemáticamente a estos. En sus comienzos dio origen a los más importantes experimentos en psicología y fue cuna de la primera cátedra de sociología en 1898, lo que con el tiempo derivó en otras nuevas facultades que han crecido al amparo de una diversidad disciplinar que caracterizaría luego la tendencia hacia la especialización a lo largo de todo el siglo XX.
Aunque los cambios en la cultura académica acompañaron los transformaciones epocales “Filo” se caracterizó por mantener una atmósfera de sospecha sobre las tendencias de moda y las nuevas recetas siempre puestas en cuestión (el posmodernismo y su veredicto acerca del fin de la historia o las recetas neoliberales). También se convirtió en una caja de resonancia de los cambios en las políticas educativas cuyos referentes tanto artífices como críticos de las mismas se cruzaban en los pasillos de la Facultad y los estudiantes podían asistir a sus clases con diferencias de horas entre unos y otros.
En tiempos de pretendida desaparición de las humanidades o intento de su reformulación para volverlas ajustadas a la vara mercantil, la proliferación de estrategias novedosas de acercamiento entre la universidad y la sociedad a través de la denominada transferencia social (Llomovatte, Naidorf, Pereyra, 2009) es una actualizada apuesta al futuro de una facultad con memoria.