Última modificación: 2017-07-17
Resumen
La obra de la maestra normal y escritora Herminia Brumana es expresión de -y a su vez intenta contribuir a moldear- determinadas representaciones asociadas en su época a las maestras mujeres. Aquí analizo sus “escrituras de la intimidad” –cartas y notas inéditas- complementando con sus ensayos, artículos y cuentos, a la luz del sistema de relaciones de género de las primeras décadas del siglo XX. Veremos que sus elaboraciones sobre la femineidad, la educación, la ciudadanía y el amor tienen estrecha relación con su particular posicionamiento en el sistema de autorizaciones (masculinas) para la escritura y la libertad de las mujeres.
Además, a diferencia de lo que podía ocurrir con maestros varones con proyección intelectual, el caso de Brumana ilustra la compleja trayectoria de las maestras mujeres con proyectos de convertirse también en escritoras. Aquí considero a las maestras escritoras en tanto mujeres y como “los otros intelectuales” (Fiorucci, 2013). Esta categoría, que remite a su vez a la de “productores culturales” de Raymond Williams, permite pensar a “los maestros no sólo como educadores y enviados estatales” (Fiorucci, 2013), y posibilita así la indagación sobre aspectos que en ocasiones resultaban contradictorios con las exigencias particulares del magisterio, y que no se derivaban necesariamente del mismo. En el caso de Brumana, esta “otredad intelectual”, es triple. Por un lado, se trata de una maestra, figura comúnmente considerada de “baja visibilidad” por la historia intelectual argentina (Fiorucci, 2013). Por otro, se trata de una maestra de un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, Pigüé, que se encontraba lejos de los grandes centros urbanos, de las universidades, librerías, teatros, donde se producía y/o difundía la cultura considerada legítima, y que abría las puertas a otros bienes simbólicos y materiales. En tercer lugar, se trata de una mujer, lo cual implicó el despliegue de estrategias específicas dadas por el género, para poder avanzar en su profesión y también para acceder a otros espacios culturales, como la publicación de sus escritos en diversas revistas y periódicos.
Asimismo, se ha señalado que, en algunos casos, el título de maestro normal “habilitaba para intervenir en la esfera pública en temas que sobrepasaban el ámbito educativo.” (Fiorucci, 2012). Sin embargo, esta posibilidad implícita no estaba dada para las mujeres, por lo cual, como es el caso de Brumana, debieron apelar a otros recursos considerados socialmente como específicamente femeninos. En resumen, las maestras mujeres como mediadoras culturales atravesaron obstáculos específicos en sus trayectorias laborales e intelectuales diferentes a las de los varones, tal como ilustra la singular e inclasificable obra de Brumana.