En la historia de América Latina la educación popular ha cumplido una función muy importante en los procesos de transformación social  de distintos periodos de la historia y particularmente se consolida como movimiento teórico-práctico a partir de la década de los sesenta en el contexto de las luchas contra las dictaduras y de descolonización. En el centro de estos movimientos y experiencias está el papel de los pueblos como sujetos históricos de su propia emancipación y la construcción de realidades sociales y culturales que partan del reconocimiento de la identidad creadora de los sujetos violentados históricamente por las prácticas imperialistas de dominación y hegemonía, y la construcción colectiva de proyectos alternativos de sociedad que transformen esas relaciones de opresión.  Dentro de los referentes epistémicos que han ayudado a comprender su devenir en América Latina es fundamental identificar los aportes de Paulo Freire y Enrique Dussel, además de la teología de la liberación, quienes han aportado categorías fundamentales para su praxis. Estas categorías han emergido de los procesos históricos de las luchas de liberación de los pueblos oprimidos y es por eso que han confluido con las experiencias de otras regiones geográficas del planeta como las luchas de liberación anticolonial en África, de las cuales Franz Fanon ha sido uno de sus principales intérpretes. En las categorías del pueblo como sujeto de su historia, la educación como práctica de liberación y la conciencia como transición de la dominación a la emancipación colectiva confluye el pensamiento de estos tres autores y dan luz también sobre el proceso histórico de construcción del Sur como lugar de conocimiento y como utopía mundial alternativa frente a la colonialidad como proyecto histórico.