Última modificación: 2018-01-14
Resumen
El interés que nos conduce a interpretar la “Primera Parte” de la Enfermedad Mortal es una aparente tensión en la descripción kierkegaardiana del existente humano, caracterizado por la desesperación. El problema fundamental que motiva esta investigación se encuentra íntimamente ligado con las formulaciones kierkegaardianas de la desesperación: “que uno desesperadamente quiera ser sí mismo” o “que uno desesperadamente no quiera ser sí mismo” (Kierkegaard, 1998: 46). La pregunta es cómo darle sentido a semejantes afirmaciones, cómo comprender qué quieren decir estas afirmaciones. Sobre todo, si tenemos en cuenta que el yo es presentado como una síntesis, una relación consigo misma. Así, el problema de comprender qué es la desesperación exigirá comprender qué es este existente humano que posee el privilegio de la posibilidad de desesperar. Y entender cómo es posible que este yo, esta síntesis, pueda querer ser sí mismo o no querer ser sí mismo, y que este “querer” tenga algún sentido. Entonces, estaremos debatiendo cómo es posible que un ser autodeterminante como un yo pueda discordar “desesperadamente” con su propio ser. O cómo es posible que un ser no pueda concordar con su propio ser. El desafío es encontrar sentido a estas afirmaciones, explicando cómo puede ser que un yo, que es una síntesis, una relación consigo mismo y que se encuentra a cargo de su ser, pueda no ser lo que es y a la vez estar obligado a ser lo que es. Adelantamos que la comprensión de esta caracterización del existente humano tendrá que ver con dos aspectos del hombre: su vida mundana y su vida eterna. Y para comprender qué son estos aspectos del hombre tendremos que caracterizar la estructura ontológica que opera como el fundamento que posibilita la desesperación. Finalmente, caracterizaremos estas estructuras ontológicas de acuerdo con el tiempo, pues es precisamente la discrepancia entre las notas tempóreas de estas estructuras la que conduce a la discordancia descripta.