El trabajo articula dos campos de estudio: la educación musical y la inclusión educativa, a partir del análisis de las prácticas de la enseñanza de la música en escuelas secundarias del conurbano bonaerense. Observamos clases en una escuela a las cuales asisten jóvenes en situación de vulnerabilidad social, analizando los posibles aportes de la educación musical a la construcción de dinámicas inclusivas en las aulas. A pesar de la expansión en el acceso en la secundaria, aún persisten prácticas expulsivas que afectan más a los sectores vulnerables. Por otra parte, en cuanto a la enseñanza de la música, se observa que la formación musical entendida desde la producción de música por parte de los individuos y colectivos queda circunscripta al ámbito privado, convirtiéndose de este modo en una práctica elitista. En suma, les jóvenes de sectores populares son objeto de una doble marginación histórica: la que deviene del nivel secundario en sí (que subyace bajo la estructura de la obligatoriedad), y la relacionada con participar de actividades musicales que no producen hechos artísticos.

El análisis de la composición musical en la secundaria, especialmente con estudiantes en situación de vulnerabilidad social ha sido poco explorado. Nos preguntamos por su potencialidad para generar prácticas de enseñanza inclusivas. Consideramos que estas prácticas tienen sus límites por estar enmarcadas en el sistema educativo, pero más allá de esto nos parece importante ahondar en la articulación entre la educación musical y la inclusión educativa: la misma nos permite ampliar el análisis acerca de las herramientas disciplinares de la educación musical y de esta manera analizar qué impacto genera este tipo de prácticas en el desarrollo subjetivo de les estudiantes. Como parte del trabajo de campo, se observaron clases de música en dos cursos de una escuela situada en el partido de Vicente López.