La Silva 2,1 de Publio Papinio Estacio (s. I d.C) es un elaborado epicedio con tema fúnebre, compuesto a partir de la relación complementaria y el mutuo enriquecimiento entre la tradición literaria latina culta y popular. Si bien el poema relata los acontecimientos lógicos dentro de la ceremonia fúnebre romana, el centro del escenario no lo constituye el joven difunto o el sobreviviente afligido, sino el poeta con sus múltiples facetas. Este construye su identidad desde el prólogo hasta el punto final. Por lo tanto a lo largo de este análisis, estudiaremos la posición del poeta dentro del escenario fúnebre y los distintos aspectos que adquiere en cada uno de los apartados del poema. Este estudio forma parte de un trabajo mayor cuyo análisis lleva a proponer una lectura metaliteraria de las tres figuras que actúan en el poema y de la Silva 2,1 en su totalidad. En síntesis, la persona poética construye su propia figura dentro del discurso, se instaura como compañero del sufrimiento, como testigo de la acción fúnebre y veremos cómo también se presenta como el poeta autorizado capaz de representarla.