Eventos Académicos, I Jornadas Internacionales "Cuerpo y violencia en la literatura y las artes visuales contemporáneas"

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Yo no es otro: Un recorrido insurgente en la construcción identitaria.
Ana Laura Castañiza, Daniela Soledad Matteucci

Última modificación: 2017-11-13

Resumen


El siguiente trabajo presentará el análisis de un texto de índole testimonial el cual tiene como eje central el retrato de las vivencias de una niña transgénero. En sus declaraciones, el lector asiste a la violencia a la que estos cuerpos descentrados son sometidos por los distintos ámbitos institucionales que transitan.

Elegimos, para el desarrollo de nuestro trabajo, el texto Yo nena, Yo princesa en el que Gabriela Mansilla escribe su experiencia del recorrido que emprendió en la búsqueda del reconocimiento identitario de su hija Luana quien, en ese momento, contaba con cinco años de edad.

En un principio, nuestra idea fue trabajar sobre la representación del cuerpo trans infantil en la literatura, búsqueda que nos llevó a replantearnos un posible silencio o “hueco” con respecto a esa temática y, a la vez, a encontrarnos con un testimonio que visibiliza cómo esos cuerpos son silenciados y humillados sistemáticamente por las instituciones de poder en su continua (y vigente) necesidad de imprimir taxonomías ya caducas sobre los cuerpos que no se construyen bajo los parámetros de lo denominado  “aceptable-sano-normal”.

Una serie de hechos que la madre de Luana tuvo que sortear en dicha búsqueda, nos remontó al testimonio que Foucault presenta en 1973: “Yo, Pierre Riviére, habiendo degollado a mi madre, mi hermana y mi hermano”, donde se evidencia cómo la sociedad continúa castigando con violencia todo aquello que transgrede, de alguna forma, lo que no puede ser asimilado a una estructura estereotipada.

Nuestra intención no es hacer un mero paralelismo entre ambos textos ya que nada tienen en común la historia per sé de los protagonistas, sino desarrollar el análisis del testimonio desde nuestra disciplina literaria.

La voz en primera persona, al reafirmarse, delata al mismo tiempo todo un entramado en el que las categorías de anormalidad, locura y enfermedad continúan latentes, imprimiendo violencia sobre los cuerpos inasibles.


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