Última modificación: 2019-11-22
Resumen
El cultivo de la soja, polo tanático que regula la vida rural pampeana, es el centro de la trama casi invisible que se teje en algunas ficciones de la narrativa argentina reciente como Pulsión, de Castromán, Distancia de rescate, de Samanta Schweblin y algunos cuentos y novelas de Cristian Molina en sus diversos heterónimos, entre otros. Figuradas a posteriori en El alud (2014), otra novela de Castromán, precuela de Pulsión (2011), la deforestación -con la consecuente desertificación o inundaciones en la mata atlántica- , la expoliación imperialista de las riquezas naturales de los pueblos originarios latinoamericanos y de la biodiversidad son también el sustrato en el que actúa en el “malón zombisexual” proveniente de Brasil que ataca a la ciudad de Buenos Aires. Los cuerpos híbridos de la precuela, en los que se trabaja una suerte de contrapartida ambiental a través del contagio de un virus se transforma en potencia sexual arrolladora en Pulsión, donde la fuerza de los cuerpos deseantes avanza en la “liberación” de una rancia civilización a través de la barbarie de violaciones masivas que compiten con la violencia a la que se somete a los cuerpos de un ámbito rural fosilizado y fascista. El registro humorístico e irónico que prevalece en Pulsión se transforma en El alud en melancólica admonición de corte ambientalista, presente ya en el título. Los cuerpos mutantes, eliminables, reificados por siglos de abusos emergen convocados por el desastre ecológico para detonar, en la forzada unión, la ruptura de un orden que, como suele plantearse en las recientes narrativas Z, ya estaba resquebrajado. En esta lectura trabajaré con los desvíos que protagonizan los cuerpos infectados y con el disciplinamiento al que la normalización estatal quiere someterlos.