El objetivo del presente trabajo es realizar una caracterización del estado actual del campo de la historia de la educación, haciendo énfasis en el actual proceso de apertura temática y de enfoques.

Hace ya algunos años el campo de la Historia de la Educación ensaya una renovación historiográfica. Una historia de corte político-institucional fue reemplazada por enfoques de carácter social y cultural. La historia de la legislación y las instituciones educativas y las biografías ilustres, dieron lugar a indagaciones sobre sujetos, discursos y medios que en una escala menor aportan conocimientos sobre la historia de la educación, con aportes de disciplinas como la antropología, la filosofía y la historia cultural. De esta manera, la cultura material, los saberes “no eruditos”, las emociones y los sentimientos aparecen como posibles superficies de indagación en este proceso de renovación historiográfica.

En nuestro país, la recuperación de la democracia y el proceso de reforma neoliberal, fueron contextos en donde lo político irrumpió fuertemente, empapando los debates pedagógicos en general y en la historia de la educación en particular. La salida de ese proceso derivó en una alternativa posneoliberal, que en nuestra región significó una revalorización de las culturas propias, nacionales y locales. Paradójicamente, en el campo académico vemos un corrimiento de los planteos más “políticos” justamente cuando el tiempo político de la región estaba en sintonía con los planteos provenientes de ese mismo campo. Quizás sea necesario indagar sobre éste último punto, en relación a la función crítica inherente a la actividad del pensamiento. Tarea esencial en el momento actual, de nueva transición en la orientación política regional, lo cual hace indispensable indagar sobre los aportes que, desde la historia de la educación, y sin dejar de lado los planteos de los últimos años, se pueden realizar a la discusión pública sobre educación.